18 abril 2024

GERANIO

 


Común, como un sustantivo anodino,

como una señal de tráfico

a la que nadie presta atención

y habita el reino de lo popular.

En sí, es un grito inodoro,

un rubor encendido en medio

de un sortilegio abigarrado y verde.


Un destello, una sonrisa encarnada

que se asoma por entre los hierros

de una verja o hace equilibrio

en el barandal de un balcón

permanentemente asomado

en el que gallardamente se recrea.


Un brochazo ágil y espectacular

que separa el grano de la paja,

que vislumbra, entre lo cotidiano,

salseando y sorteando lo exclusivo

con la fragilidad de lo efímero.

17 abril 2024

GIRALDILLO

 





Virtuoso de los vientos,

de todos los orígenes

y hacia todos los destinos.

Lidiador de las alturas,

desde la cota de tu privilegio

insigne revoltillo─

oteas la rosa de los vientos

con la misma agilidad

que un mortal torpemente parpadea.

Seguro que también sientes

que hay una pulsión que te estremece

cuando la dama de noche,

el jazmín o el azahar

eleva vaharadas hasta tus pituitarias,

hasta la cota de tu empoderamiento.

Mas no te rindes, y cabalgas,

y galopas, según la intensidad,

mientras recreas la mirada

desde el Aljarafe a Palmete,

desde el Parque Alcosa a Heliópolis

como quien guiña a la engalanada que pasa.

16 abril 2024

ABSTRACCIÓN

 


 

Abstracción: las altas temperaturas,

el estío, el sopor de la inacción,

lo reiterativo de los noticiarios,

los medios tan machacones y tendenciosos,

los políticos arrimando el ascua

a propios e incondicionales,

el duermevela de la sobremesa

el sudor emulando una cascada,

una ducha inagotable y fértil…



Abstracción: el sextante de la siesta,

el paréntesis de una realidad en paralelo

que se salió por la tangente

y acabó indemne, totalmente abstraída.

15 abril 2024

AZAHAR HELADO

 

 

Tenías aromática sonrisa de azahar

y una mirada de terciopelo

que se selló de forma imperecedera

en el pergamino soterrado de mi alma.

Un día, ya distante,

viniste con voz entrecortada,

la tristeza por toquilla

y nos contaste que un cirujano

quería hurgar en la intimidad de tu seno

con la promesa de una reconstrucción

que a todos sería imperceptible.

En la trigonometría del galeno

barajó de forma tangencial seno y coseno

y acabó en un bombardeo químico y sistémico

que terminó por despeinarte

como se avienta una parva

con viento desaforado.

Seguías siendo bella

y la juventud como radical eterno de tu ser.

Con la peluca te volvió la sonrisa

y un destello de esperanza

iluminó tu cara de porcelana.

Sin mirarte, sin palparte,

echabas en falta medio globo terráqueo,

la asimetría femenina de tu estética,

y el vano estéril fue para siempre

un vacío inexplicable.

La ciencia te dio esperanzas

y en el barbecho de tu cuero cabelludo

se comenzó a vocalizar la dormida simiente

como un fértil campo de trigo.

Tenías una sonrisa de azahar,

pero la lluvia que un día mojara tu pecho

fue inundación invasiva

que se extendió por todos tus dominios

hasta dormirte

y a mí me heló el alma para siempre.

Era, y lo sigue siendo hoy, un arrebato.